¡Feliz Día de la Madre!
¿Por qué las comidas de mamá siempre nos parecen más sabrosas?
Es amor, pero ¡también hay ciencia!
Durante la infancia, se desarrolla la memoria gustativa, una conexión entre los sabores y nuestras emociones. Los sabores familiares de la infancia, combinados con el cariño que sentimos por nuestras madres, activan áreas del cerebro ligadas al placer y la nostalgia, haciendo que esos platos tengan un impacto emocional más fuerte. La psicología demuestra que nuestras experiencias tempranas condicionan cómo percibimos los sabores, intensificándolos.
Así que, cuando disfrutamos un plato de mamá, no solo estamos saboreando comida; estamos reviviendo momentos de calidez, seguridad y amor.
¡Gracias a todas las madres por regalarnos esos sabores que nunca olvidaremos!