🧀💙 Roquefort: el queso que conquistó al mundo gracias… a un hongo
No es magia. No es casualidad. El sabor intenso, picante y profundamente aromático del queso Roquefort es obra de un artista microscópico: el hongo Penicillium roqueforti.
Y sí: sin él, el Roquefort no sería Roquefort.
🔬 Un hongo que hace alquimia
El famoso moho azul no está ahí por decoración. Durante la maduración, Penicillium roqueforti transforma el queso desde adentro:
Rompe grasas y libera compuestos aromáticos llamados metil-cetonas (responsables del olor picante y afrutado).
Degrada proteínas produciendo sabores salados, profundos y persistentes.
Crea ese marmoleado azul que actúa como una autopista sensorial por donde viajan aromas y texturas.
Cada línea azul es literalmente un camino de sabor.
🧪 El secreto científico detrás del “golpe azul”
Investigadores europeos han secuenciado el genoma de P. roqueforti y descubrieron que:
Posee genes especializados en compuestos aromáticos potentes, como alcoholes y ácidos grasos volátiles.
Evolucionó (¡literalmente!) gracias a siglos de selección humana: los queseros franceses fueron eligiendo hongos que daban mejores sabores… y el hongo se adaptó.
Hay distintas cepas, y cada una produce un perfil aromático diferente.
El Roquefort no es un queso: es un ecosistema vivo. 🌱🧬
💙 ¿Por qué nos gusta tanto?
Porque su sabor mezcla tres sensaciones clave:
Umami profundo
Picor aromático
Cremosidad intensa
Una combinación que genera un pico de placer sensorial que activa las zonas del cerebro asociadas al disfrute.
Sí: la ciencia confirma que los quesos azules son adictivos —en el mejor sentido.
En Lelê Escuela Sommelier de Sabores celebramos los quesos que cuentan historias…
y el Roquefort es una historia escrita en azul.
🧀💙 ¿Lo amás o te intimida? Contanos cómo lo probás vos 👇
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